lunes, 5 de noviembre de 2007

BUSCA LA ALEGRIA EN TU INTERIOR


La alegría no se en encuentra en lo exterior. Libérese de esa noción equivocada, o nunca la encontrará. Hay otra cosa de la cual usted debe deshacerse, si quiere hallar la felicidad y la alegría. Tenemos que cambiar algunas de nuestras actitudes. ¿Cuáles son? La primera es la actitud del niño vuelto únicamente hacia sí mismo. Ya ha oído a un niño decir: “si no juegas conmigo me voy a casa”
Examínese. Piense en lo que le causa infelicidad y vea si puede detectar esa frase que dice casi inconscientemente: “si no consigo eso o aquello, me niego a ser feliz”. “Si no me dan eso o no sucede aquello me niego a la felicidad”. Muchas personas no son felices porque están imponiendo condiciones para su felicidad. Investigue si esa actitud existe en su corazón y expúlsela.
Anthony de Mello.


ASUMIR LA PROPIA HISTORIA
Nosotros nos parecemos a veces a aquel hombre loco que se paró ante un muro y se daba golpes con su cabeza contra la pared. ¿Quién sufre, la cabeza o la pared? Vamos a suponer, que en su vida hubo un acontecimiento doloroso, hace años. Si ahora usted pasa el día y la noche recordando con amargura aquel suceso, su conducta se parece a la del hombre de los golpes contra la pared. El tiempo es irreversible. Lo sucedido en el tiempo queda atrás irremediablemente. Jamás volveremos, ni cinco minutos, hacia atrás. Todo lo que sucedió desde este minuto para atrás, jamás nadie lo podrá remover. Todos los sucesos de mi vida por muy dolorosos que sean, y por mucho que yo los resista recordándolos con ira obstinada no se alterarán ni un milímetro. ¿Entonces, dónde está la locura? ¿Quién sufre?
¿Quién está golpeando su cabeza contra los muros inquebrantables? Recordar con rencor los sucesos ingratos de la vida es como tomar con las manos unas brasas ardientes. Es uno mismo el que se quema.
No se castigue, acepte con paz los hechos consumados. ¿Qué diríamos del hombre que va a una playa, arrima el hombre a un enorme acantilado y comienza a empujarlo, pretendiendo removerlo?
Acepte con paz la voluntad del Padre que permitió aquellos hechos.
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Mire el pasado con mirada complaciente. Contémplelo sin hostilidad, aquello que sucedió en la primavera de su infancia, en los años de su juventud, los primeros desengaños que le dolieron tanto, aquel fracaso, aquella decisión injusta y arbitraria que tomaron sobre su vida, aquella crisis, aquel hecho que nunca quisiera recordar, aquellas personas que influyeron negativamente, aquella equivocación, ….¡todo está consumado.!
Acéptelo todo agradecido. Asuma su historia con las manos emocionadas, para depositarla en los brazos queridos del Padre, como una ofrenda oblativa de amor.
Hubiera querido, dice usted, tener un carácter encantador, saber reaccionar suavemente, saber mantenerme equilibrado y constante, vivir alegre, sentirme optimista, experimentar la existencia como un espléndido regalo…..
Entretanto dice usted que se siente como aquel que arrastra una cadena; vienen sobre usted las melancolías y no las puede despejar; se apoderan las depresiones maníacas y su alma se parece a un pequeño infierno; a veces nada le alegra, y no sabe por qué, todo le entristece y no sabe por qué…Nació así y morirá así.
No se entristezca por eso. Tome en sus manos, manos de cariño, su estructura personal y deposítela, como ofrenda oblativa de amor en los brazos del Padre, diciendo: Acepto y amo esta mi persona, porque ella es expresión de tu voluntad, y yo amo tu voluntad porque tú eres mi padre.
Ignacio Larrañaga.