miércoles, 26 de diciembre de 2007

COMENTARIOS DE SACERDOTES JESUITAS

Encuentros con la Palabra
La Sagrada Familia – Ciclo A (Mateo 2, 13-15.19-23) – 30 de diciembre 2007
“José se levantó y llevó al niño y a su madre a Israel”

Hermann Rodríguez Osorio, S.J.*

“Cuando ya los sabios se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, y le dijo: ‘Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto”. El evangelio de hoy nos relata dos momentos, en los que José recibe, en sueños, el anuncio del ángel del Señor, para huir a Egipto primero y para regresar a Israel después… En ambas ocasiones, José obedece la instrucción que recibe, buscando siempre lo mejor para Jesús y María. Es consciente de la responsabilidad que Dios le ha confiado de cuidar de su familia para que puedan ser lo que Dios ha soñado para cada uno de ellos. Esta respuesta de José a la invitación de Dios a cuidar de la Sagrada familia, me trajo a la memoria un texto que recibí hace algunos meses:

“Los buenos padres no le dan a su hijo todo lo que necesita…
Le enseñan que él es capaz de conseguir lo que quiere.
Los buenos padres no buscan hacer feliz a su hijo…
Le enseñan que la felicidad depende de cada uno.
Los buenos padres no le dan oportunidades a su hijo…
Le enseñan a buscarlas, a crearlas y a aprovecharlas.
Los buenos padres no le dan a su hijo lo mejor para que sea feliz…
Le enseñan a disfrutar y a encontrar lo mejor, aún en lo más sencillo.
Los buenos padres no le enseñan a su hijo a superar siempre a los demás…
Le enseñan a superarse a sí mismo.
Los buenos padres no le enseñan a su hijo a decir todo lo que piensa…
Le enseñan que lo que pensamos no es la verdad absoluta y que debemos ser cautelosos al expresar nuestras opiniones, teniendo en cuenta los sentimientos de los demás.
Los buenos padres no le resuelven los problemas a su hijo…
Le enseñan a asumir responsabilidad y a aprender de sus errores.
Los buenos padres no le enseñan a sus hijos a evitar los fracasos…
Le muestran que el fracaso es parte del camino hacia el éxito.
Los buenos padres no convencen a su hijo de su importancia en la sociedad…
Le enseñan que sirviendo se volverá importante para ella.
Los buenos padres no le enseñan a su hijo a ser crítico y resentido ante las injusticias…
Le enseñan a contribuir en paz y a construir la justicia”.

José escucha lo que Dios le dice que debe hacer por su familia. No hace sólo lo que se le ocurre, sino que atiende la voz de Dios que le llega en sueños a través de un ángel. Estas advertencias de Dios tienen dos sentidos: Primero, para proteger a su familia de los peligros, huyendo a Egipto para evitar la amenaza que supone Herodes para sus vidas. En segundo lugar, para ofrecer una vida mejor a Jesús y a María, regresando a Israel, una vez Herodes ha muerto.

Hoy, el día en que celebramos la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, tendríamos que pedirle al Señor que nos diga cómo podemos protegerlas de las amenazas que las acechan y de los peligros que corre cada uno de sus miembros, por una parte, y cómo podemos ofrecerles una vida más plena a cada uno/a de ellos/as.

* Sacerdote jesuita, Director del Centro Ignaciano de Reflexión y Ejercicios (CIRE)
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