viernes, 1 de junio de 2007

EL PEZ ROJO QUE DABA VUELTAS

Del LIBRO DE LA FELICIDAD de Marcelle Auclair

Una señora joven, antes de irse de vacaciones, quiso limpiar la pecera en la que un pececito rojo daba vueltas y vueltas. Lo puso en la bañera y comprobó con asombro que en su nueva y vasta vivienda el pez seguía dando vueltas y más vueltas.
“Así comprendí”, me dijo, ”que nos encerramos en limitaciones creadas por nosotros mismos. Pasé revista entonces a toda mi existencia y reconocí que por temor, por timidez, por falta de ímpetu y de generosidad, por creer en obstáculos por mí misma fabricados, yo giraba en la vida como mi pez en la bañera, por más que estoy inmersa como él en un vasto universo donde estoy decidida, ahora que me sé libre, a dar vueltas a mi gusto. Libre en espíritu, por lo tanto, libre de veras.”
El ejemplo es excelente: usted comprenderá su alcance. Ya que todos sabemos que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el nuestro, mire a su alrededor y vea cuánta gente, entre sus conocidos, parecen haberse voluntariamente condenado al fracaso. Cuántos hay que no utilizaron sus dotes!
Cuántos se contentan con la mediocridad y en cambio les bastaría un esfuerzo, una visión más amplia y más exigente de la vida, así como el ansia de perfección en la más humilde de las tareas cotidianas, para abrirse paso en forma magnífica.
Esto exige, evidentemente, algo más de iniciativa que la que puede tener un pececito rojo o un ser humano atado por el miedo, estancado en su rutina.
La vida es generosa. Pero para un regalo, se necesitan dos: el que da y el que recibe. Ahora bien, nosotros estropeamos casi siempre lo que la vida pone a nuestro alcance o rechazamos sus dones. Aprenda a aceptar lo que la existencia le ofrece. No se trata de arrivismo, sino de que el ser y sus facultades alcancen su madurez.
Atrévase a salir del círculo que forman alrededor de usted sus egoísmos, sus temores, sus ideas falsas sobre usted mismo y sobre los demás, suprima todo pensamiento de limitación - usted espera que le paguen “convenientemente” tal o cual trabajo, pero por qué no dice “ampliamente”, ya que ha dado su tiempo y su saber ampliamente? - y conocerá así la admirable libertad de quienes viven de acuerdo a su Yo real, invisible y perfecto.

APLICACION. Obsérvese en el transcurso del día; hay muchas probabilidades de que se sorprenda usted cuando palpe con sus propias manos muchas más limitaciones creadas por usted de lo que hubiera pensado… Afirme entonces: “Yo soy libre, nada me asusta, nada me limita. El reino del espíritu no tiene límites

Extraido del sitio "Soy donde no pienso"