viernes, 1 de junio de 2007

María: icono de la Iglesia "eucarística"
Vaticano

Congregación para el culto Divino y disciplina de los Sacramentos. Año de la Eucaristía
5. «Si queremos descubrir en toda su riqueza la relación íntima que une Iglesia y Eucaristía, no podemos olvidar a María, Madre y modelo de la Iglesia». Así exhorta el cap. VI de la Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, en la cual Juan Pablo II subraya la profunda relación que María mantiene con la Eucaristía y con la Iglesia que vive del Sacramento del Altar. El encuentro con el «Dios con nosotros y por nosotros» incluye a la Virgen María. El Año de la Eucaristía constituye una ocasión propicia también para profundizar este aspecto del Misterio. Para vivir profundamente el sentido de la celebración eucarística y hacer que deje una huella en nuestra vida, no hay mejor manera que dejarse «educar» por María, la «mujer eucarística». Es importante, para tal fin, recordar lo que el Papa ha dicho en Rosarium Virginis Mariae n. 15, a propósito de la «conformación con Cristo con María» Ella «nos introduce de modo natural en la vida de Cristo y nos hace como 'respirar' sus sentimientos». Por otra parte «escribe también el Papa en Ecclesia de Eucharistia» en la celebración eucarística, en cierto modo, nosotros recibimos siempre, con el memorial de la muerte de Cristo, también el don de María, que nos ha sido hecho por el Crucificado en la persona de Juan (He ahí a tu madre: Jn 19, 27): «Vivir en la Eucaristía el memorial de la muerte de Cristo implica también recibir continuamente este don. Significa tomar con nosotros "a ejemplo de Juan" a quien una vez nos fue entregada como Madre. Significa asumir, al mismo tiempo, el compromiso de conformarnos a Cristo, aprendiendo de su Madre y dejándonos acompañar por ella. María está presente con la Iglesia, y como Madre de la Iglesia, en todas nuestras celebraciones eucarísticas» (Ecclesia de Eucharistia, 57).Son temas que merecen ser objeto de especial meditación este Año (cf. Mane nobiscum Domine, 31). Sobre la celebración de la Eucaristía en comunión con María, extendiendo las actitudes cultuales que resplandecen ejemplarmente en ella, véase Collectio Missarum de Beata Maria Virgine, Praenotanda, n. 12-18